En los posts anteriores, quedaba clara la importancia de cuánto escuchamos consciente o inconscientemente (discursos, conversaciones, ruidos significativos y sorprendentes, contaminación acústica, músicas de fondo…), y de la música como estímulo cerebral. Los neurobiólogos han constatado, además, un aumento de dopamina en el cerebro cuando se escucha música placentera del mismo modo que cuando se come chocolate, por ejemplo. Así que podríamos decir que la música puede alterar nuestro comportamiento tal como lo haría una sustancia química, una golosina, una medicina, una droga…
Música buena y música mala
Por eso, si aceptamos que la música influye en nuestro comportamiento, enseguida podemos reconocer que la música pueda aportarnos tantos beneficios. Y es fácil comprender por qué hoy es utilizada terapéuticamente en sesiones de musicoterapia. Sin embargo, ¿por qué casi nunca se plantea la posibilidad de que la música pueda tener también efectos no deseados o incluso nocivos, si no es la adecuada o no es “buena”?
Esta idea puede sorprendernos, y hasta incomodarnos. Pero, sería absurdo negarlo. La influencia real, física y psíquica que la música que escuchamos tiene en cada uno de nosotros como seres humanos, esa capacidad de llegar hasta nosotros más allá de nuestra voluntad, le otorga un poder muy real a la música. Por eso es importante elegir bien qué música escuchamos y cómo la escuchamos. En un futuro post ya nos adentraremos en ese “lado oscuro” de la música…
CONSEJO: “No toquéis nunca malas composiciones, ni las escuchéis…” - Robert Schumann (Consejos para la vida y el hogar, prólogo a su Álbum de la Juventud)
Elige TU camino musical
Cada uno de nosotros ha desarrollado su aparato auditivo con estímulos particulares, cada unos de nosotros ha “afinado el oído” en maneras e intensidades diferentes, cada uno de nosotros tiene y va ampliando cada día una memoria emocional que le es propia, y también una historia sonora y musical asociada a esa memoria emocional. Las experiencias que acumulamos son las que van conformando esa historia y modelando nuestro gusto. Pero, ¿quién decide sobre nuestras experiencias musicales? No nos engañemos, gran cantidad de la música que reciben nuestros oídos nos llega sin querer: desde nuestro entorno y a menudo sin que podamos evitar incorporarla a nuestra biografía.
Además, el placer de reconocer una música, el placer de la re-escucha, es inevitable y a menudo supera a la curiosidad por descubrir nuevas músicas. A menudo, nos dejamos llevar por ciertas músicas, sin poder resistirnos, y es porque se nos proponen repetidas veces. Esto es algo bien conocido por los profesionales de la música comercial, e incluso por los propios compositores de la música pop más premiada. Y no tiene nada de malo si no fuera por la influencia que puede ejercer ese control de nuestro comportamiento por intereses ajenos.
REFLEXIÓN: ¿Alguna vez no se te ha metido en la cabeza alguna canción, que en realidad no te gusta especialmente, pero no has podido evitarlo? … Las canciones que mejor recordamos son las de nuestra adolescencia cuando los cambios hormonales contribuyen a fijar la memoria sonora por razones sobre todo emocionales. ¿Hay alguna música que conscientemente tengas asociada a algún momento importante de tu vida?
Es importante saber combinar la propuesta de la novedad con el placer del reconocimiento de temas. En este sentido los niños siempre están más abiertos o curiosos, porque la naturaleza es sabia y ofrece una predisposición cerebral para el aprendizaje. Además, la memoria musical del niño es más corta y debe construirse. En su caso sobre todo, pero también para los adultos, en el placer de la re-escucha interviene la vertiente social.
En todo caso, si disfrutar de la buena música fue durante mucho tiempo un lujo al alcance sólo de unos cuantos (en las cortes, en los templos, en lujosos teatros), ¡qué suerte tenemos hoy, gracias a la tecnología, de poder elegir en todo momento la música que deseamos escuchar, y disfrutar de ella sin salir de casa, incluso en la intimidad.
¡Está en nuestras manos hacer buen uso del poder de la música!
Aprovechamos para reenviarte la invitación al encuentro privado “El Taller del Compositor” previsto para este domingo 31 de enero a las 6 de la tarde, en el que Manuel Gimferrer nos hablará sobre cuáles son los elementos que el compositor maneja en su taller. Será también la ocasión para plantearle preguntas directamente.