A todos, pero sobre todo a los niños, nos gusta compartir nuestra música, reconocerla en grupo. En el anterior post explicábamos cómo escuchar música es una experiencia principalmente personal, y sin embargo también la música nos invita a reunirnos, y es una de las experiencias sociales y culturales por excelencia.
Música en familia
El oyente de música en solitario es un personaje moderno, y hoy predomina la escucha individual de música a través de dispositivos personales. Sin embargo, la música tiene por función original realzar la importancia de eventos públicos, alentar la solidaridad social… Aunque la experiencia de la escucha sea siempre individual, en la medida en que cada unos escuchamos con nuestro oídos, con nuestra historia y memoria musicales, lo cierto es que compartiendo ciertas músicas podemos sentirnos unidos emocionalmente a los otros. Nunca hubo mejor prueba de esta unión musical que durante el confinamiento por la pandemia, cuando hubo personas compartiendo música desde sus blacones . Esta comunicación privilegiada a través de la música se produce especialmente cuando una música por tradición o costumbre está asociada a eventos familiares, sociales o públicos.
Música comercial, cinematográfica, y circunstancial
En los anuncios de televisión o radio, se acude a menudo a esas músicas que conocemos o que nuestro cerebro reconoce al momento, porque están en nuestra memoria musical inconsciente. Con esas músicas el éxito del anuncio está garantizado.
En el cine a menudo se retoman temas que nos son conocidos, y resultan evocadores. Pero, sobre todo, se crean importantes obras sinfónicas que pueden acabar perteneciendo al repertorio de los grandes auditorios de música de todo el mundo. En general, es siempre música de gran calidad. En este sentido, es interesante poner a los jóvenes adolescentes ante la realidad de que, a menudo, sin haber pisado una sala de conciertos, conocen perfectamente cómo suena una orquesta sinfónica, porque la han escuchado con frecuencia en una sala de cine.
El espectáculo de teatro que se enriquece con música circunstancial, transmite siempre una emoción que va más allá de la palabra. Cuando suena música en una obra de teatro, siempre es bienvenida porque enriquece la experiencia.
REFLEXIÓN: Cuando vas al cine o al teatro, ¿te fijas en la música? ¿Conoces a algún gran compositor de bandas sonoras?
El lado oscuro…
Y sí, la música que nos rodea puede tener un lado oscuro. Una vez reconocido el poder de la música sobre nuestras emociones y su uso social, debemos, por lo menos plantearnos sus posibilidades como herramienta de manipulación social.
Porque, desgraciadamente, las mentes más perversamente manipuladoras de la historia, los grandes dictadores, no han tenido complejo alguno en utilizar la música como gancho emocional y como instrumento de propaganda.
“Cuando se considera el papel que desempeña la música en los principales regímenes totalitarios europeos del siglo XX – principalmente los de la Alemania nazi y la Rusia soviética – es la utilidad de la música como propaganda lo que primero salta a la vista. Sin duda, puede ser cierto que los movimientos políticos importantes nunca han hecho nada enteramente sin música, y pensemos en las bandas de música en los desfiles de los orangistas en Irlanda del Norte y Liverpool, la canción de masas soviética o las celebraciones nazis de Wagner y Bruckner. Sin embargo, el propio término «propaganda» es difícil de definir y cuantificar plenamente.” - Pauline Fairclough (Twentieth Century Music and Politics)
En este sentido más que nunca es importante estar alerta, y en las manifestaciones colectivas entender bien el papel que pueden jugar la música y cómo es utilizada.
En los auditorios… ¿y en la red?
Finalmente, el sonido con toda su calidad, y sobre todo con toda la emoción viva del intérprete nos llegará en la sala de conciertos, en el auditorio de música. Si hablamos de música clásica, en la que el sonido lo producen instrumentos acústicos, me consta que estos tiempos de restricciones por razones sanitarias, está siendo una prueba difícil para muchos aficionados.
A los auditorios acuden personas con los oídos abiertos a una experiencia humana excepcional. Los auditorios son un punto de encuentro de cada uno con la música de un compositor, con un intérprete, con el resto de la audiencia… El gran pianista Rubinstein decía que cuando iniciaba un concierto, se sentía tranquilo porque estaba seguro de que en la sala habría al menos dos o tres personas con las que estaría en total comunicación, y para ellas tocaba. En este sentido, la asistencia a un concierto puede ir mucho más allá del acto social si sabemos escuchar bien la mejor música.
Sea como sea, desde la red podemos asomarnos no sólo a las mejores obras de música de todos los tiempos, sino también a las mejores grabaciones, y descubrir en familia o con amigos esos clásicos que en vivo podremos disfrutar mejor cuando podamos acudir al auditorio. En Mirlo Studio estamos trabajando para eso…
Y con este post entramos en el mes del Carnaval... y en Mirlo Studio tenemos una programación especial para todos: mayores, y también niños. ¡No te la pierdas!